Ya está llegando el buen tiempo, el calorcito, los días son más largos y a todos nos apetece sentirnos bien con nosotros mismos y poder salir a la calle sin temor a que todas esas “imperfecciones” que nosotros nos vemos, salgan a la luz.
Esto hace que empecemos con nuevos propósitos:
- Voy a empezar a comer mejor
- Voy a renovar mi vestuario de primavera- verano
- Voy a empezar a salir a correr o apuntarme al gimnasio.
Esto es lo que percibo estos meses en la consulta o cuando hablo con familiares y amigos, pero
¿Es esto lo que realmente necesitamos?
Pues me da mucha pena decir que en la mayoría de casos no lo es, es decir, claro que nos van a venir bien todas esas medidas para cuidarnos y querernos un poco más, pero lo que yo veo es que al final esto no es más que un parche, un remedio que dura unos meses y que después el problema reaparece y a veces incluso más grande, porque al incremento de peso o pérdida de masa muscular se une al sentimiento de culpabilidad y fracaso.
“MUCHAS PERSONAS HAN SUFRIDO MUCHO POR LA CONDENA QUE SUPONEN LAS DIETAS MILAGRO”
Sin embargo, también considero que muchas personas que han sufrido mucho por la condena que suponen las dietas milagro, o por ponerse en manos de una persona no cualificada o no preparada para poner una dieta y hacer un seguimiento en condiciones. En estos casos es mucho mejor olvidarse de seguir un plan determinado de alimentación, al menos por un tiempo, y comenzar soltando todo el lastre, el miedo, el rechazo y la culpabilidad que supone todo lo relacionado con el peso, la imagen corporal y la alimentación en general. Por todo ello estoy en este camino de la alimentación consciente y la salud integrativa, para guiar a las personas y ayudarles a encontrar el bienestar y la paz interior que se merecen.